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Museo de la Historia del Traje

Taller de carnaval para los más chicos

El Museo Nacional de la Historia del Traje se vistió de colores el pasado 22 de febrero.

Hacía calor en la ciudad pero el Museo resguardaba el fresco de una casona antigua del barrio de Montserrat. El aire acondicionado ayudaba. Los niños comenzaban a llegar entre risas y colores al ritmo del carnaval.

 

Verónica tiene 6 años y hace un mes llegó de Venezuela para quedarse a vivir. “Un carnaval es un día del año donde hay fiestas de disfraces. En mi país se hacen guerras de agua con globos que jugamos a lanzarnos”, dijo.

 

Su papá, Norberto, hace cinco meses que está en Argentina y contó: “nos adaptamos bien, y vine al museo por la página de facebook en búsqueda de actividades que integren a mi hija con las costumbres y el día a día de la ciudad”.

 

Elena viajó desde La Plata para traer a su hija Emma (7 años). Ella sigue la página y asiduamente vienen a las actividades recreativas desde que lo visitaron el año pasado en la “Noche de los Museos”.

 

En el taller se confeccionaron prendas y accesorios que se usan en esta celebración para fomentar la creatividad y la imaginación. También mamás , papás y otros familiares participaron ayudándolos a pegar las telas, goma eva, plumas y distintos materiales.

 

En el taller pudimos hacer ropa brillante y con estrellitas”, explicó Tania de 5 años. Ella vive en Martinez, y llegó con su mamá, María, cuando vio  por facebook la invitación.

 

Viviana, mamá de Felipe (7 años) y Lucía (9 años), relató que llegó al museo cuando su hermana Verónica le envió por las redes sociales la invitación. Ella la compartió en el grupo de whatsapp de las mamás del colegio y junto a tres madres, trajeron a sus hijos desde la localidad de Sarandí.

 

“No conocíamos el museo y es la primera vez que vengo. Me gustaría disfrazarme de soldado”, opinó Felipe.

 

Fátima tiene 10 años y sonríe mientras dobla una cinta de color verde. Ella participa asiduamente de las actividades y contó que su taller favorito fue el de muñecas. “Espero que el de carnaval tenga máscaras para poder diseñarlas como queremos”, agregó.

 

“Es un museo que te muestra los trajes de las diferentes épocas pero es la primera vez que vengo, antes, vine cuando estaba en la panza de mi mamá. Quiero hacer ropa y disfrazarme de mariposa”, explicó Agustina de 8 años, de San Cristóbal.

 

Los niños jugaban y decoraban y las educadoras les ayudaban a coser y pegar algunos de los detalles por ellos elegidos. Rombos, cuadrados, lentejuelas y flecos de colores variados invadían el patio techado del Museo. Afuera, el calor era cada vez mayor pero no importaba, es verano y estamos en carnaval.