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Museo de la Historia del Traje

Encuentro de bordado

72 bordadores se reunieron para realizar esta técnica e intercambiar experiencias, puntos y patrones

Las bordadoras comienzan a llegar antes de lo previsto. Son las 15 hs y los hilos y agujas están sobre la mesa preparados para ser utilizados el domingo 26 de noviembre para el “Encuentro de Bordado”, que es coordinado por la profesora Adriana Torres, de la empresa Miga de Pan, beneficiaria del programa APEX (Ayudas de Promoción Exterior) del Ministerio de Cultura de la Nación, que la becó para estudiar en París.

En el fondo, cerca de la puerta del patio descubierto, hay dos chicas jóvenes, una de ellas, María José, es de Chile, y con 22 años cuenta: “vivo en Argentina hace cinco años y mi amiga me invitó al Encuentro. Si bien no sabía bordar, me interesó venir porque estudio Diseño de Indumentaria y ella me está explicando algunos puntos”.

“Me invitaron a una muestra en `Homenaje a los 100 años de Violeta Parra` y mi idea fue resignificarla en una amiga que toca la guitarra. Aquí vine a trabajar la imagen que había comenzado a bordar en Río Cuarto”, relata a tres mesas de distancia, Macarena Santamaría, de Córdoba.

A su lado, está, Lorna, del barrio de Belgrano, quien dice que hace dos años empezó a hacer libros bordados para niños por un encargo y después, no pudo parar de crearlos porque le gusta crear diversos personajes e historias.

El patio techado del Museo cobra vida con todos los bordadores. En el centro aparece Ayelén, 11 años, es de un hogar de niños, y vino con Clarita, su amiga y compañera de los fines de semana, quien la acompañó al Encuentro para aprender a bordar. “Trajimos una flor mexicana para ir probando puntos”, señala Clarita.

Sobre la mesa, hay dos bordados de pájaros que simulan ser pinturas. Pertenecen a Alejandra Berón, artista visual quien explica: “estoy incursionando en lo textil porque es un encuentro con la infancia. Desde que tengo noción mi mamá y mi abuela bordaban y con los años me fui enamorando de los hilos y descubrí que también se puede pintar”.

Martín vino junto a su mamá, Marcela, a conocer el Museo de la Historia de Traje y se quedaron a la actividad. Son de Pergamino aunque él vive en Capital Federal. “Ahora mis compañeras de mesa me están enseñando a bordar pero siempre quise aprender porque me parecía una actividad para meditar y reflexionar”, dice Martín.

Son las 18.15 pero aún nadie quiere irse. La Directora del Museo, Vicky Salías, agradece la presencia de todos, y en especial de Adriana Torres, mientras que las mujeres no se resignan a dejar sus agujas y siguen hablando sobre puntos, patrones y puntadas.